Cambiar de carrera profesional es una gran decisión que requiere de un gran esfuerzo y, por sobre todo, la capacidad de lidiar con la incertidumbre. Hacerlo con el certeza de que estás entrando a un sector con mejores condiciones laborales y con las profesiones más demandadas de la actualidad es, sin duda, invaluable.

En España, al menos el 54% de las personas profesionales se plantearon cambiar de trabajo durante el 2023. 31% busca un mayor equilibrio entre su vida personal y profesional; mientras que un 25% quiere más oportunidades de crecimiento y desarrollo. Sin importar cuáles son tus razones, en HACK A BOSS encontrarás los mejores programas académicos para lograr esta transición.

Cómo encontrar la profesión que de verdad te gusta

Uno de los alumnos graduados de nuestro Bootcamp de Programación Web conoce muy bien la importancia de que te guste tu profesión. Lo sabemos, puede que nuestros abuelos y abuelas nos pongan mala cara si leyeran esa última línea, pero la realidad es que los tiempos han cambiado. Cada vez es más normal (y celebrado) renunciar a un trabajo que te hace infeliz para salir al mercado laboral y conseguir uno que de verdad te llene de satisfacción.

Hoy hablamos con Brayan Gorgal, quien finalmente aprendió a programar tras muchos años sintiendo interés por la tecnología. Descubre un poco de su historia:

— ¿Qué querías ser de pequeño? Cuéntanos un poco sobre ti

— La verdad es que nunca tuve muy claro lo que quería ser. Siempre me ha gustado aprender y probar cosas nuevas, por lo que, desde pequeño, mis gustos y aficiones fueron cambiando y adaptándose a mis cambios y formas de ser. Recuerdo que de pequeño me gustaba mucho el baile y la actuación. Pasaba todo el día delante de la tele de mis padres, imitando y copiando diferentes escenas, bailes de películas o concursos. Con el tiempo, este interés se transformó en un gusto por el cine y la producción audiovisual.

» Este interés, combinado con mi pasión por los videojuegos, dio lugar a una afición que mantengo de forma esporádica desde los 15 años: la creación de videos y contenido en diferentes canales y plataformas. Aunque nunca lo he tomado como un trabajo y no le he dedicado la constancia necesaria para plantearme el llegar vivir de ello, es algo que disfruto hacer de vez en cuando.

— ¿A qué te dedicabas antes de ser desarrollador? ¿Estudiaste algo antes? ¿Tenías conocimientos en el área?

— Antes de convertirme en desarrollador, ocupaba el puesto de cuadrista eléctrico. Mi labor consistía en la construcción de armarios de distribución y control, entre otras responsabilidades. Para dedicarme a este campo, cursé los ciclos superiores de Mantenimiento Electrónico y Sistemas Electrotécnicos Automatizado.

» Inicialmente, mi interés estaba en el ámbito de la realización y producción audiovisual. Sin embargo, para mi sorpresa, descubrí que estos ciclos se alineaban de manera más eficiente con las asignaturas de ciencias que con las de letras. Optar por una trayectoria centrada en las letras no resultó beneficioso para acceder a una vacante en alguno de estos ciclos, y, digamos que no tenía mucha afinidad con las matemáticas y la lógica. Algo que, con el tiempo, fue cambiando.

» Fue durante este período que experimenté un cambio significativo, especialmente gracias a una asignatura que llamábamos "Digital". En esta materia, aplicábamos metodologías basadas en computación binaria para abordar problemas de lógica y llevar a cabo diversos proyectos, como simular el funcionamiento de los semáforos en un cruce o configurar la domótica de una casa según distintas condiciones. Esta experiencia sembró la primera semilla de interés en mi camino hacia el mundo de la programación, aunque pasarían varios años antes de que volviera a tener contacto con ella.

— ¿Qué te motivó a dar el cambio? ¿Tenías experiencia previa?

— Lo que me impulsó a dar ese giro fue una amalgama de circunstancias, entre las cuales se encontraba la decisión de un amigo que estudiaba Ingeniería Informática. Él optó por abandonar la carrera para aventurarse por otro camino, algo apenas conocido o mencionado en aquel entonces. Al principio, esta decisión generaba en mí cierta desconfianza y rechazo. Se trataba de un sistema de estudio bastante costoso para el tiempo que supuestamente invertías en formarte, y llevaba consigo un nombre que nunca había escuchado hasta ese momento, bootcamp.

» A medida que pasaba el tiempo y hablaba con mi amigo sobre lo que hacía, profundizaba más y más en el concepto de la programación e iba recordando lo que había sentido hace años en mis asignaturas de lógica digital. Poco a poco se fue reavivando la llama de curiosidad que sentía por este mundo, aunque no tenía muy claro por donde empezar y que era realmente lo que me llamaba la atención de la programación.

» Así que, tras darle vueltas, llegué a la conclusión de que debía empezar por algo familiar y con lo que mantener la motivación inicial, para ver si realmente era algo pasajero o que podría durar. Decidí empezar por el camino de los videojuegos y darle vida a una pequeña idea que tenía en mente.

» Todo esto, junto con las condiciones, las posibilidades de crecimiento y mejora que vi que ofrecía el sector, fue lo que me hizo finalmente tomar la decisión de cambiar el rumbo de mi vida y empezar a tomarme en serio.

— ¿Cómo descubriste a HACK A BOSS? ¿Qué te hizo decidirte por un bootcamp?

— Finalmente, tras meditarlo y darme cuenta de que era algo que realmente empezaba a gustarme de manera genuina, me di cuenta de que la opción de un bootcamp era la que más se ajustaba a lo que yo quería. Es decir, no tener que pasar años estudiando y poder especializarme en algo concreto, en este caso, el desarrollo web. Tras buscar por Internet la opción más viable y cómoda, encontré que HACK A BOSS cumplía con mis requisitos. Teniendo en cuenta que ofrecía un modelo online, lo cual me facilitaba adaptarme.

— ¿Cuál fue tu mayor reto durante el bootcamp? ¿Cómo te adaptaste a la metodología y el ritmo de aprendizaje?

— El mayor reto para mí fue el mantener el nivel que yo esperaba tener conforme pasaba el tiempo, al final no deja de ser un curso intensivo. Es superimportante ser constante si no te quieres quedar atrás o que pase de ser una experiencia divertida y amena a una tediosa y frustrante. Si sigues la estructura y las pautas que se marcan a lo largo del bootcamp puedes adaptarte sin problema la metodología learning by doing y el ritmo.

— Una vez terminado el bootcamp, ¿Cómo fue tu camino hacia la empleabilidad?

— Personalmente, no tardé mucho en encontrar trabajo. Creo que fue un mes o mes y medio desde la finalización del curso. Es cierto que depende un poco de la suerte y de encontrar a alguien interesado en un perfil junior, pero al final es como todo: la suerte llega si la buscas. Yo pasaba todos los días mandando solicitudes a diferentes perfiles y empresas del sector. También recibí algunas otras ofertas, incluso algunas de ellas impulsadas por el propio equipo de HACK A BOSS. Sin embargo, en ese momento, la que más se ajustaba a lo que quería era la propuesta de EcoMT, la empresa en la que me encuentro actualmente.

» Normalmente, el proceso de empleabilidad, por lo que he visto a lo largo de este año, varía mucho. Hay gente que, como yo, encuentra trabajo superrápido y otra gente que puede tardar varios meses. Va a depender en gran medida de la suerte y también de lo que uno mismo consiga demostrar, tanto de cara a las empresas como durante el curso.

» Ahora mismo, mi puesto es el de desarrollador frontend con React. Mi trabajo consiste en realizar y supervisar distintas tareas a lo largo de varias aplicaciones que tenemos dentro de la empresa. En una de ellas, gestiono, junto con otro compañero que se encarga de la parte del backend, toda la parte del frontend y las distintas interacciones que este tiene. Para poner un poco más en contexto, se trata de una agenda telefónica en la web, en la que una serie de usuarios pueden buscar y registrar distintos contactos y, a su vez, realizar y gestionar llamadas con los mismos y entre ellos. Mi labor actual es gestionar estas interacciones del usuario, definiendo cuáles son y cómo se debe comportar visualmente la aplicación en cada caso.

» En otra de las aplicaciones, sin entrar en detalles, trabajo en la parte del frontend junto con una compañera. Aquí se nos asignan diferentes tareas a cada uno, las cuales pueden ser nuevas funcionalidades de la propia aplicación, algún bug, mal funcionamiento o cambios en la estructura y versionado del proyecto. Por último, en otra de las aplicaciones, me encargo de la migración de una tecnología que se estaba utilizando para las comunicaciones con el backend, con una más moderna y potente (Redux a React Query), la cual, tras presentarla como idea a mis compañeros que trabajan en ella y al supervisor, me dieron el visto bueno.

» En el día a día, se resume en realizar las tareas anteriormente comentadas, así como concretar cosas con los equipos o superiores para ir viendo el estado actual de cada una de ellas y solucionar dudas o posibles conflictos entre las distintas tareas.

— ¿Cómo ha sido tu experiencia en tu primer trabajo tech? ¿Cómo es el onboarding de un perfil junior en una empresa tecnológica?

— En general, ha sido muy buena. Es cierto que, como en casi la mayoría de los trabajos que comienzas por primera vez, puedes sentirte un poco desubicado, puede dar la sensación de que no es tu sitio o que igual no vales para el puesto. Es algo que en realidad dura poco, especialmente si estás rodeado de buenas personas y cuando la presión del trabajo es baja.

» Por lo que sé, el proceso de incorporación (u onboarding, como se le llama en inglés) suele ser mucho más ameno de lo que inicialmente uno tiene en la cabeza. A menudo, se piensa que desde el segundo día ya debes estar realizando tareas y entregando trabajo, pero nada más lejos de la realidad. Al final, necesitas tiempo para conocer los proyectos, configurar tu dispositivo y aplicaciones, conocer al equipo de trabajo y entender cómo funcionan, entre otros aspectos.

» Una vez que has completado todas estas etapas, que pueden llevar varios días, es cuando te pueden asignar tareas sencillas. Estas tareas, más que contribuir al desarrollo de la aplicación, suelen ser para que te familiarices con la aplicación y el proyecto, y aprendas a moverte y buscar los elementos y partes del código necesarios. Es un proceso gradual que permite una transición suave hacia las responsabilidades más específicas del trabajo.

— Pasar de estudiar al mundo laboral no suele ser fácil, ¿Qué desafíos afronta un programador en el mundo real? ¿Qué conocimientos adquiridos durante el bootcamp aplicas en tu trabajo actual?

— Las complicaciones más grandes suelen estar relacionadas con algún bug o con alguna tarea compleja para agregar alguna funcionalidad nueva que no esté integrada de alguna manera a lo largo de la aplicación. La primera porque tienes que buscar y resolver el problema, algo que a veces puede ser bastante complicado, aunque la mayoría de las soluciones luego suelen ser bastante rápidas y sencillas (quitando alguna excepción) y la otra, porque no tienes nada en lo que basarte, por lo que eres tú quien tiene que desarrollar o elaborar toda la nueva integración.

» Esto último no suele verse mucho en aplicaciones viejas o que ya tienen un proceso de desarrollo grande, por lo tanto, aplicaciones completamente nuevas o con integraciones que no se hayan hecho serían los casos más difíciles a los que un junior podría enfrentarse. Afortunadamente, en la bootcamp te forman bastante bien en los conocimientos esenciales, tanto de los lenguajes de programación como de las bibliotecas, e incluso con modelos basados en proyectos reales. Aunque difiere mucho del trabajo final que acabarás haciendo, el tener ese conocimiento extenso y buenas prácticas, hace que puedas enfrentarte a ciertos problemas mucho más cómodamente.

— ¿Qué diferencias has experimentado con el cambio de sector?

— Podría enumerar un sinfín de razones por las cuales este trabajo, hoy en día, es posiblemente uno de los mejores puestos a los que podemos optar. Además del aspecto económico, ser programador ofrece una serie de condiciones y beneficios que hacen de esta profesión altamente atractiva.

» En primer lugar, el campo de la programación proporciona un entorno dinámico y en constante evolución, lo que permite un aprendizaje continuo y el desarrollo de habilidades técnicas. Además, ser programador brinda la oportunidad de trabajar en proyectos innovadores y desafiantes, lo que contribuye al crecimiento profesional.

» Principalmente, la flexibilidad laboral es una de las mejores condiciones que tienes, ya que en muchos sitios te permiten trabajar de forma remota o hibrida, como en mi caso, y contar con horarios flexibles, lo que facilita mucho el equilibrio entre la vida laboral y personal. Por ejemplo, hay días que aprovecho la hora de comer para ir al gimnasio y en su lugar entro o salgo un poco más tarde, para compensar.

» Otro aspecto importante es que la demanda de programadores en diversos sectores garantiza una mayor estabilidad laboral y la posibilidad de explorar diferentes áreas de interés, sin comprometer en exceso el equilibrio entre trabajo y vida personal.

— ¿Qué consejo le darías a alguien que esté dudando si dar el salto para formarse y entrar al sector tecnológico?

— Si estás dudando en dar el salto para formarte y entrar al sector tecnológico, te aconsejaría que antes de tomar una decisión, te asegures de que realmente disfrutas de la programación. Investiga, explora el mundo tecnológico y reflexiona sobre si encuentras satisfacción en resolver problemas y trabajar en proyectos creativos.

» Es crucial reconocer que este sector demanda constancia y dedicación, especialmente al principio cuando todo es nuevo y puede resultar abrumador. Avanza paso a paso, aborda lo que esté a tu alcance y evita comparaciones. No te exijas más de lo que puedes manejar. ¡La programación no se aprende de un día para otro! Recuerda que no es un camino fácil, pero con esfuerzo, se puede lograr al 100%. ¡A darle caña!

Descubre el mejor sector para ejercer profesionalmente

Si quieres cambiar de carrera desde cero o potenciar los conocimientos que ya tienes, ¡no estás por tu cuenta! A esto se le llama reskilling y upskilling, respectivamente; y es un paso necesario para tener las competencias que se requieren en las vacantes de la industria tecnológica.

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